Sección «En el Jardín de la noche»: De cuando escuchábamos Hojas Muertas

Por Jean Veloso

Aunque pueda sonar nostálgico el título de este primer texto de mi sección «En el Jardín de la Noche», no es tal, es sólo un recuento de estos últimos años en que la música ha sido una constante. 

En el título hacía referencia a «Hojas Muertas», «Automn Leaves», originalmente «Les feuilles mortes» escrita por Jacques Prévert con música de Joseph Kosma, pero conocida con letra de Johnny Mercer como jazz standard y ejecutada por muchos jazzmaster hasta ser consagrada en 1956 por Nat King Cole en el film del mismo nombre… Igual, me podía haber referido a «Summer Times» de Gershwin, o cualquier otro tema del querido Louis «Satchmo» Armstrong… Da igual, sólo me refiero a esa hermosa época entre los 17 y 23 años en que algunos nos dedicamos a escuchar y conocer sobre Jazz y pensamos que el resto del mundo y de nuestra generación vale verga, nos la pasamos con amigos mayores tomando lo que cae en nuestras manos y con suerte acostándonos con una chica 5 años mayor… si, esa dulce época del alcohol y John Coltrane a las 4 de la mañana… Ya después tenemos que pagar las cuentas y drogas, y algunos con más suerte tenemos la oportunidad de ser brokers para otros perdedores que ganarán o perderán su dinero a nuestro antojo cualquier mañana en esta triste ciudad de New York…

Hace una semana me encontraba en la soleada y hermosa ciudad de Los Angeles, fue cuando conocí a Adelina Massoli, hermosa y viva a pesar de todos sus años, después de unos tragos en el Standard de Sunset Blvd. me contó toda la historia de este sitio alternativo y los grandes proyectos de los directores cubanos que trabajaban con ella… me contó de una película independiente hecha sin dinero y otras tantas cosas que después de tantas sustancias ingeridas no recuerdo, me dijo que esperaban la colaboración de todos… que siempre se podía colaborar como fuera, entonces decidí empezar esta sección que está dedicada a todos lo que como yo han dejado la vida pasar desde que pensamos que  Hojas Muertas era lo mejor y que el resto de las personas que no la conocían merecían la muerte… y disculpas por la cacofonía, pero después de 8 años de alcohol y drogas a diario es un gran esfuerzo conjugar dos palabras… ya para estas alturas debería estar muerto, es una proeza haber sobrevivido tantas sustancias y accionistas molestos por perder su dinero mientras yo me las agencio para tener una de las trompetas originales de Dizzy Gillespie en la sala de mi casa… aunque a decir verdad nuca se valoró del todo al cabrón… tanta orquesta de Naciones Unidas no sustituyeron al viejo Herbie o algo tan sencillo como los Depeche en un concierto con unas muchachas en el mismo palco… Si, lo viejos jazzistas no se las agenciaron para llevar muchas chicas a sus conciertos, y como los dinosaurios, ahí encontraron su muerte… me he encontrado noches newyorkinas con viejos jazzomanos que me dicen, hay un jam el viernes en el Birland con Rebecca Parris y realmente he preferido alcoholizarme con los Digitalism en una fiesta de jovenzuelos con mi sobrino Hans y sus amigas del colegio hasta amanecer sin coche, borracho y abochornado en una casa cualquiera de Brooklyn Highs… si, una verguenza es mejor a mis treintaiocho años que regresar a esos tiempos en que nos sentíamos más inteligentes que el resto porque sabíamos apreciar esa vieja tonada del «Hojas Muertas»…